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Beatriz

Boudoir con Luis Martín Ballesteros-Silex PhotoStudio


Los días van pasando y cada vez me voy involucrando y metiendo en más y más proyectos, la verdad y para ser sinceros, jamás en la vida había pensado que iba a hacer tantas sesiones como estoy haciendo y me proponen. Poco a poco voy mejorando, le voy perdiendo el miedo a la cámara, no el respeto porque a día de hoy todavía no lo he perdido y espero no perderlo nunca.

Vuelvo a trabajar con Luis Martín Ballesteros-Sílex Photo Studio. Esta vez queremos hacer sesión Boudoir en hotel. Para ello, busca habitación con mucha luz en un hotel bastante chulo y yo busco a la maquilladora, Helena Molina, otro gran fichaje que hago, un encanto de chica con la que voy a trabajar también muchas más veces y a día de hoy seguimos embancándonos en aventuras varias.

Llega el día y como otras veces, los nervios me acompañan. Aunque ya conozca a Luis y una vez que conocí a Helena es muy maja, pero… siempre queda ahí el resquemor de como irá todo, si Luis me terminará odiando porque no llegue a conseguir el registro que quiere.

Juego con la ventaja de que en Hotel me manejo mejor, no lo veo tan frío como un estudio, me resulta mucho más acogedor, empezando porque tienes un baño en el que te puedes cambiar tranquilamente y tener un poco de privacidad si así lo deseas.

Empezamos con el maquillaje, la pobre Helena con abrigo y todo se maneja que da gusto con los pinceles, hace un frío de narices en la habitación y por más que intentamos regular la temperatura no hay manera.

Iniciamos con blanco, como se suelen empezar para luego oscurecer el maquillaje con el negro. Corsé, pijamas, camisones, ventanales… en fin, muchos cambios, muchos recorridos por la habitación que al ser una suite dispone de muchas partes y da mucho juego.

Una anécdota, que no soy incapaz de ponerme un liguero con las medias de silicona, así que le toca a Luis ayudarme que tampoco atina, jajajajajaj, se muere de la vergüenza, así que… mejor sin atar, es toda una ciencia esto de las medias y ligueros.

La sesión transcurre genial, la luz que entra por las ventanas es sensacional y propicia que podamos hacer las fotos más rápido de lo previsto y bien. Utilizamos libros, copas, botella de champagne que al descorchar casi me cargo a Luis, ahora las fotos de aquella debieron de ser un poema, antifaz… en fin un poco de todo, no tenemos prisa y queremos que quede lo mejor posible.

Como siempre, poco a poco me voy relajando y entregando a la sesión, dejándome llevar y mostrando al mundo la sensualidad de una mujer, madre, esposa, hija, hermana, trabajadora… pero en su esencia y por encima de todo MUJER, con mis curvas, mis defectos y mis manías, capaz de volver a seducir y dejar atrás todas las cargas para volver a ser yo.

Terminado, recogemos y cada uno para su casa y… esperar los resultados que no tardan en llegar. Ha quedado una sesión bonita y delicada. Encantada de trabajar con estas dos maravillosas personas como son Luis y Helena.

Me encanta este tipo de sesiones, hay quien me encasilla en que solo quiero lencería, boudoir en este caso porque yo distingo mucho entre un tipo de sesión y otra. No, no quiero solo lencería, de hecho me he movido por muchos más registros, pero es un género que me atrae porque principalmente, creo que debemos luchar contra la diversidad en el mundo de la moda, luchar porque todas tenemos derecho a tener lencería bonita ya que vas a comprar a algún sitio, pides la talla y te miran raro para terminar sacando lencería de mayores, no de una persona de tu edad y pagando mucho dinero.

Aparte de todo esto y como ya he dicho otras veces, en cuanto nos casamos ya parece que nuestra vida se acaba, NO, me niego. Todas deberíamos luchar por esa mujer que tenemos dentro, sacar nuestras armas seductoras, querernos, valorarnos tal y como somos, con el paso de los años o sin haber pasado años, con más o menos curvas, todas son únicas, así que… quiérete a ti misma y lucha por ti!!

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